Acontecimiento Islam

Acontecimiento Islam

¿Fundamentalismo o rebelión religiosa antiimperialista?

Raúl Prada Alcoreza

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No vamos a hacer directamente un análisis del fundamentalismo islámico, nombre que se utiliza entre otros, para referirse a movimientos religiosos-políticos contemporáneos, relativos al Islam.  No estamos en condiciones de hacerlo; nos falta información adecuada, estudios e investigaciones históricas y del presente, además de la necesidad de contar con la erudición que exige el tema. Sin embargo, lo que podemos hacer es mostrar los límites de los análisis, pretendidamente históricos, sobre todo políticos, acerca del fundamentalismo islámico, así como se lo nombra como generalidad o globalidad enunciativa del acontecimiento religioso islámico. Por lo tanto también los límites de la “ideología” política, que califica el fenómeno religioso-político con mucha facilidad y prejuicio, de una u otra manera, recurriendo a figuras reductoras y tranquilizantes. Llama la atención que, en este caso, ante el desafío de la interpretación del movimiento religioso-político, así como del acontecimiento del Islam; es decir, ante el desafío de una desmesura histórico-política-cultural se recurra a los acervos auto-referidos, que no dejan de ser restringidos, para afrontar este desborde con aproximaciones no-conceptuales, como en el caso de la estética; aunque, en el discurso, se manifieste la pretensión teórica, analítica, también descriptiva, de exponer conceptos.

Entonces, el presente ensayo es más una crítica de estos discursos sobre el Islam, que, en un recorte especifico, relativo al presente o, si se quiere, a la contemporaneidad, se denomina fundamentalismo islámico. Estos discursos provienen tanto del asombro o el miedo conservador, así como del prejuicio moderno de la “izquierda”. Son pues discursos que descargan su incomprensión con retóricas pretendidamente históricas o, en su caso, “democráticas”, así como también pretendidamente vanguardistas. La abundancia calificativa de estas retóricas muestra, mas bien, los saturados estanques que no pueden cruzar los límites impuestos por el acontecimiento mencionado. Ocurre como ante la alteridad indescifrable se oponga la repetición convulsiva de saberes agotados.

Vamos a diferenciar estos discursos “analíticos” en tres formaciones enunciativas. La primera, no por orden de llegada, sino la más manifiesta, es la que se refiere al Islam desde un centro civilizatorio, tanto religioso, el cristianismo, como histórico, la modernidad. La segunda, menos manifiesta, aunque, de una u otra manera, esta formación enunciativa se cruce o alimente a la otra formación enunciativa, más “ideológica”. Esta segunda formación enunciativa tiene pretensiones científicas, pues parte de investigaciones históricas, antropológicas, sociológicas, religiosas. Entonces se refiere al Islam desde una supuesta neutralidad científica, desplegando descripciones de secuencias, sucesos, eventos, instituciones, creencias, estructuras religiosas. Sin embargo, esta segunda formación enunciativa se refiere al Islam desde otro centro, que aunque no sea otra religión, ni necesariamente del todo la modernidad, es un paradigma de verdad. Es decir, no se cuestiona la estructura conceptual del paradigma, como si éste, de por sí, permitiera el acceso transparente al acontecimiento Islam. La tercera formación enunciativa es también “ideológica”, de una manera distinta a la primera; se trata de una “ideología” vanguardista, que supone que es la perspectiva histórica de la “evolución”   social, económica y política. Por lo tanto, aquí tenemos otro centro, desde donde se nombra al Islam, centro que se presenta como finalidad histórica.

Estas tres formaciones enunciativas no dicen nada del Islam, mas bien, dicen mucho de sí mismas, de sus paradigmas de donde provienen. La primera y las segunda formación enunciativa definen al Islam como el enemigo, aunque lo hagan de distinta manera, incluso aunque haya muchos matices, desde otro fundamentalismo, el cristiano, hasta la crítica “revolucionaria”, pasando por los estereotipos “democráticos” formales de los derechos humanos.  Incluso, aunque no lo reconozcan, no reconozcan que se mueven en el esquematismo político del amigo/enemigo. La segunda formación enunciativa, la pretendidamente científica, se relaciona con el Islam como con un objeto de estudio, como con un campo de investigación. En otras palabras, el acontecimiento religioso-político ha sido reducido a fuentes, a documentos, a monumentos, a escrituras sagradas, que hacen de unidades de análisis, deteniendo el acontecimiento en la presentación de cuadros de museo. Aunque se logren descripciones útiles, estas descripciones se parecen más a descripciones de las impresiones, aunque ordenadas y sistematizadas, de la cultura moderna respecto del Islam; antes eran las impresiones demarcadoras de la religión cristiana. No parece encontrarse el Islam en estas descripciones. Se puede constatar lo que decimos cuando comprobamos que el llamado Islam resulta inexplicable e incomprensible para estas tres formaciones discursivas y enunciativas.

La pregunta es: ¿Por qué no pueden estas formaciones enunciativas explicar e interpretar el Islam? La respuesta hipotética que tenemos, la primera respuesta, es que el Islam no es un objeto de estudio ni un campo de investigación; no se accede al Islam de esta manera o de esta forma. El Islam no es el enemigo absoluto, se tome como se tome este opuesto categórico en el esquematismo dual amigo/enemigo, de una manera abierta o matizada. El Islam no es la alteridad al equilibrio del mundo cristiano, es, mas bien, su complemento. El Islam no es el pasado perdido, retenido por la voluntad fundamentalista religiosa de los sacerdotes y sus instituciones. Por el contrario, el Islam es el presente convulsionado. El Islam no es fundamentalismo, aunque lo haya, como expresiones “ideológicas” y políticas, como tampoco el cristianismo es fundamentalismo, aunque lo haya en toda clase de iglesias y sectas, asumidas, además como prejuicios en el discurso laico de los Estado-nación.  El Islam, como hemos dicho, es un acontecimiento religioso-político-cultural.

Entonces, no se puede acceder a la experiencia del Islam creyendo que se puede lograr este embocadura al convertir el acontecimiento en un objeto de estudio. Menos se puede acceder a esta experiencia definiendo al Islam como enemigo absoluto. Al enemigo no se lo conoce, se lo estigmatiza; en las perores versiones, las más fanáticas, se lo destruye. Se hace también inaccesible cuando se resuelve el problema convirtiendo al Islam en reminiscencia del pasado, algo parecido a la “época oscura medieval”, al “oscurantismo” del feudalismo. Es posible acceder al Islam como se arriba a toda experiencia, viviéndola, experimentándola, cuando forma parte de la memoria social.

El problema de las tres formaciones enunciativas mencionadas es que creen que el Islam es otro mundo, que no forma parte del mundo cristiano, que no forma parte de la modernidad, que no forma parte del presente. De partida entonces, estas formaciones enunciativas, se define una frontera infranqueable, se establece una distancia, imposible de recorrer.

Las religiones monoteístas tienen como la misma raíz y procedencia, tanto históricamente, geográficamente y filosóficamente.  Por lo tanto, no son pues distintas, en el sentido estructural o estructuralista, a pesar de sus diversas interpretaciones y exposiciones. Son religiones del desierto, por así decirlo, usando este término, desierto, como metáfora, en toda su potencia semántica, en distintos planos y connotaciones. Por otra parte, son religiones fuertemente influyentes en el presente, en la contemporaneidad de la modernidad tardía. Como cuarta características, podemos decir que son religiones que hacen de substrato cultural y religioso a los Estados que se forman, se formaran y consolidan. Como quinta característica, son religiones que han sufrido, por así decirlo, escisiones, divisiones, concurrencia de interpretaciones, formación de iglesias, cada una de las cuales se proclama verdadera. Como sexta característica, todas estas religiones resultan insatisfactorias ante la premura humana enfrentando el desafío de la vida y de los universos.

Apuntes sobre el Estado Islámico

El Estado Islámico, que en árabe se ecribe الإسلامية الدولة, se pronuncia alal-Islāmīya Dawla; también se nombra como Estado Islámico; EI por sus siglas en castellano.  Se puede decir que estamos ante una organización religiosa y política de carácter insurgente, cuya procedencia es yihadista suní. El EI se ha autoproclamado Califato. La geografía o el impacto geográfico de la incursión del EI se distribuyen en el espacio  territorial ocupado tanto de Irak como de Siria.  Esta geografía conquistada se encuentra controlada por seguidores de Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado “Califa de todos los musulmanes”. El EI gobierna varias ciudades como Mosul,  Faluya o Raqqa, siendo esta última considerada la capital del Estado Islámico. El EI  ha sido conocido, en principio, como Organización para el Monoteísmo y la Yihad, en árabe والجهاد التوحيد جماعة, vale decir al-atŶama wal-Ŷihād Tawhīd. Emergió como una organización próxima a Al Qaeda, con el objeto de luchar contra la invasión de Irak, dada en el 2003. En ese entonces, fue dirigida por Abu Musab al Zarqaui, quién murió en un enfrentamiento. El nuevo líder, Rashid al-Baghdadi, responde a la influencia de Osama Bin Laden. El EI se expandió por las gobernaciones de Ambar, Nínive, Kirkuk, en gran parte de Saladino, también, aunque en menor medida, en Babilonia, Diala y Bagdad. En este periodo, el EI se ungió como Estado Islámico de Irak. En ese entonces, el cuartel general se encontraba en la ciudad de Baquba.

Como se sabe,  Estados Unidos apoya al gobierno de Nuri al Maliki, enfrentando al EI, lo que convierte al EI en antagónico el ejército norteamericano, así como en antagónico de las fuerzas armadas iraquís, apoyadas por el imperialismo. A pesar de las bajas debida a los bombardeos y enfrentamientos, el EI  se renovó durante la llamada Guerra Civil Siria, pasando a ser conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante, الدولة Irāq ,الاسلامية في العراق والشام, al- fī al-Islāmīya al-Dawla wa-al-Šām; es decir, EIIL, o bajo su acrónimo árabe DAESH, داعش; es decir, išDā.

Bakr alBaghdadi es el subsiguiente líder. Él rompió vínculos con Al Qaeda, asumiéndose como organización independiente, además de pregonar la soberanía de Irak y Siria.  Bakr alBaghdadi también se autoproclama Califa con el nombre de Ibrahim. El Califato reclama la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo. El EI cuenta con aliados, incluso organizaciones afines. Milicias que controlan parte del territorio en la península egipcia del Sinaí, el este de Libia y Pakistán, se han declarado leales al EI. El EI tiene una interpretación radical, por así decirlo, del Islam. Propone y practica la Sharia en contra los chiitas; no hay que olvidar que los del EI son suníes radicales.

Repasando, el EI surgió en 2004 con el nombre de Yama’at al-Tawhid wal-Yihad, que quiere decir Comunidad del Monoteísmo y la Yihad; sin embargo, se cambió el nombre por Tanzim Qa’idat al-Yihad fi Bilad alRafidayn, que quiere decir Organización de la Base de la Yihad en el País de los Dos Ríos; de acuerdo a sus siglas, TQJBR, lo que se conoce coloquialmente como Al-Qaeda en Irak. Más tarde asumió el nombre de Consejo de la Shura de los Muyahidines, cuando se asimiló a otras organizaciones afines.  Después cambió su nombre a Dawlat al-Iraq al-Islamiyya, Estado Islámico de Irak. Recientemente, la organización se reconoce como Estado Islámico de Irak y el Levante.

La llamada Organización para el monoteísmo y la yihad, Ŷamaʕat al-Tawhīd wal-Ŷihād, abreviada en inglés como JTJ o simplemente Tawhid y Jihad, fue fundada por Abu Musab al Zarqaui, apoyándose en simpatizantes islamistas locales; esta fundación aconteció durante el 2002. Zarqaui fundó la organización teniendo como objetivo el derrocamiento del Rey de Jordania, considerado por Zarqaui como anti-islámico, interpretando la Sharia.

Después de la guerra de Afganistán, Zarqawi huyó a Irak, donde presuntamente recibió tratamiento médico en Bagdad por una pierna herida. Después de la Invasión de Irak de 2003, el EI preparó la resistencia, incluyendo a ex-militantes de Ansar alIslam, además de un creciente número de combatientes mercenarios. Durante mayo de 2004, el EI unió fuerzas con otro grupo islamista radical, Salafiah alMujahidiah. El 17 de octubre de 2004 la organización se unió oficialmente a Al Qaeda, por entonces todavía bajo la supervisión de Osama Bin Laden. En una carta de julio de 2005 a otro miembro de la organización, Ayman al-Zawahiri, Zarqawi concibió un plan para continuar la Guerra de Irak, fuera de constituir un Estado Islámico; es decir, un Califato. En enero de 2006, Al Qaeda conformó una organización paraguas, el Consejo de la Shura de los Muyahidines, buscando unificar a todos los insurgentes suníes de Irak. El liderazgo de la organización fue asumida por un líder de Al Qaeda, Abu Ayyub al-Masri, quien, como hemos dicho, proclama el Estado Islámico de Irak, haciéndose cargo del Estado Islámico Abu Abdullah al-Rashid al-Baghdadi. El 19 de abril de 2007, la organización anunció la conformación de un gobierno provisional. El propio Baghdadi, acompañado con un equipo de gabinete improvisado, gobernó el autoproclamado Emirato. En 2008, una serie de ofensivas de fuerzas combinadas de Irak y EE.UU. lograron expulsar al EI de sus antiguas madrigueras, ubicadas en las cartografías de Diyala; esto aconteció en la Batalla de Baquba, así como en la de Al Anbar, también en la de Bagdad. Las derrotas del EI forzaron su retirada hasta Mosul, Gobernación de Nínive, que fue uno de los recientes campos de batalla de la guerra.

La lucha por el control de Nínive fue lanzada en enero de 2008 como parte de la llamada Operación Fénix Fantasma, con el objetivo de eliminar la actividad del EI alrededor de Mosul, buscando expulsarlo del centro de Irak. Sin embargo, Al-Qaeda en Irak logró sobrevivir. En 2010 la organización recibió un duro golpe, cuando fuerzas combinadas estadounidenses e iraquís mataron al jefe de Al Qaeda en Irak, Ayyub Al Masri, también al del jefe del Estado Islámico de Irak, al-Rashid alBaghdadi.

Bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi, dirigente de la organización desde 2010, el EI aprovechó la coyuntura de la guerra civil siria, renaciendo y expandiéndose por gran parte del territorio del país. En su lucha por el control territorial en Siria, se enfrentó a las fuerzas gubernamentales leales al presidente de Siria, Bashar al-Assad, así como a los rebeldes, a los seculares del Ejército Libre de Siria, así como del Frente de los Revolucionarios, también se enfrentó a los nacionalistas kurdos, así como a otras fuerzas islamistas, como el Frente Islámico o el Frente Al-Nusra. En diciembre de 2013, el EI  controlaba los cuatro pueblos fronterizos de Atmeh, al-Bab, Azaz y Yarablus, habilitando el dominio sobre la entrada y salida entre Siria y Turquía.  En enero de 2014, durante unos enfrentamientos en Ambar, en Irak, varios militantes del EI tomaron el control de la ciudad de Faluya, además de partes de Ramadi. El 3 de enero de 2014, el EI proclamó el Estado islámico en Faluya. En junio de 2014, el EI lanzó una ofensiva en el norte de Irak, apoyándose en alianza con militantes suníes, leales al antiguo gobierno de Irak, baazista secular de Sadam Husein, además de contar con el apoyo de tribus antigubernamentales del país. Los combatientes atacaron Samarra el 5 de junio, tomaron el control de Mosul la noche del 9 de junio y de Tikrit el 11 de junio. A finales de junio, Irak había perdido el control del norte del país, así como toda su frontera occidental con Jordania y Siria. El 29 de junio de 2014, con motivo del comienzo del mes del Ramadán, el portavoz del EIIL, Abu Mohamed alAdnani, hizo conocer el proyecto de conformar un Califato, que se extendiera por todo el mundo musulmán. Fue nombrado Abu Bakr al-Baghdadi la máxima autoridad, autoproclamado Ibrahim, imán y califa de todos los musulmanes. La constitución del Califato atrajo a yihadistas árabes, también a magrebíes residentes en Europa. El EI llegó a contar con entre 30 000 y 100 000 hombres en armas.

En conclusión, contando con un arsenal  de armas capturadas, además, contando con el control de recursos naturales bajo su dominio, el EI gobierna gran parte del norte de Siria, además de la gobernación petrolera de Deir el-Zour, cuya capital de provincia se encuentra dividida en una zona bajo su influencia y en otra bajo el control del ejército sirio. En los territorios que domina el EI, impone su interpretación de la Sharia. Se puede decir que el Estado Islámico controla un espacio geopolítico estratégico, por su riqueza petrolera y  la conexión territorial de fronteras entre distintos países[1].

El EI ha logrado, recientemente, nuevas victorias y avances; con nuevas conquistas en Iraq, sobre todo en Siria, donde logró tomar la mitad del país, gobernado por el régimen de Bashar al-Assad. La organización yihadista Estado Islámico ya cuenta con el dominio de un territorio del tamaño de Italia. Después de varios éxitos en la provincia de Homs, en el centro, así como en la de Aleppo, en el norte sirio, el Estado Islámico gobierna la mitad del territorio sirio. El geógrafo y analista Fabrice Balanche asegura que, entre Iraq y Siria, los jihadistas sunnitas controlan cerca de 300.000 kilómetros cuadrados.

En la provincia de Aleppo, en la frontera con Turquía, el Estado Islámico ha expandido su dominio, en combate contra grupos rebeldes, ocupando territorios abandonados por esas organizaciones, que también combaten a Al-Assad, en lo que va de la guerra civil, que ya desborda cuatro años bélicos. El EI capturó el pueblo de Suran; se encuentra a 10 kilómetros de la frontera. En el centro de Siria, logró avanzar hacia el Oeste y el Sur a partir de la antigua ciudad de Palmira, tomada por los jihadistas hace días. De esa manera se hizo con el dominio de la localidad de Basire, situada en un importante cruce de caminos, que conduce a Damasco, hacia el Sur y Homs. La captura de esta histórica ciudad siria se daría lugar poco después de que sus unidades de combate capturaron Ramadi, la capital de la provincia de Al-Anbar, en Iraq. La escasez de personal militar por las bajas en combate, sumada a la dificultad para nuevos reclutamientos, hace que Damasco y las milicias afines elijan sus batallas, rehuyendo pelear por localidades de mayoría sunnita o por aquellas en las que la población local no combate al Estado Islámico.

Conclusiones preliminares

Los medios de comunicación de masa, el discurso político, de todas las tonalidades, han calificado al Estado Islámico, lo mismo que antes a Al Qaeda, de organización terrorista. Esta designación se ha universalizado desde el 11 de septiembre del 2001, sobre todo después que el gobierno norteamericano declara la guerra interminable contra el terrorismo, se encuentre donde se encuentre. Desde entonces la guerra contra el terrorismo se ha convertido en un paradigma político, para descalificar, estigmatizar, demonizar a los enemigos.  El paradigma es usado tanto por gobiernos neoliberales como por gobiernos anti-neoliberales, por gobiernos de “derechas” o por gobiernos llamados de “izquierdas”. Ser terrorista es prácticamente estar condenado a muerte, cuyo asesinato está justificado, por el propio carácter demoniaco asignado a los terroristas.

¿Qué son los miembros componentes del Estado Islámico? ¿Terroristas? Esto es caer en la “ideología” política sensacionalista en curso, compartida por “derechas” e “izquierdas”. Entonces, esto sería caer en los límites de un no-saber, que se hace pasar por saber, siendo la expresión más acabada del discurso prejuicioso y estigmatizador contemporáneo, relativo a la modernidad tardía, desencantada y deslucida. Ellos mismos, los del Estado Islámico, se autonombran como yihadistas, es decir, guerreros de Ala, guerreros del profeta Mahoma, en lucha contra el demonio, los dominios del demonio; dominios que consideran que se encuentran en occidente. Desde su interpretación de la Sharia, sus acciones, incluso las más descomunales, las que más horror causa en occidente, la que más miedo y terror causan en el oriente, están justificadas por Ala, por la salvación de la humanidad, atrapada en las redes demoniacas del mercantilismo, de la prostitución, del abandono de las reglas y hábitos religiosos.

De manera muy distinta, nosotros interpretamos a estas expresiones fundamentalistas religiosas, a estas expresiones radicales religiosas-políticas, como síntomas de la crisis de valores de la modernidad, crisis de las instituciones, de las mallas institucionales, de los bricolajes, de la modernidad. La modernidad, cuya materialidad histórica es el sistema-mundo capitalista, que es un sistema barroco, que integra y articula formas de Estado, formas de sociedad, culturas, lenguas, en su entrelazamiento mayúsculo, en aras de los procesos de acumulación de capital. Modernidad que también es heterogénea, entrelazada y mezclada, en constante mutación, composición y combinaciones, dando lugar a lo que es, en el fondo, la modernidad, transvalorización de valores o suspensión de valores. Transvaloración que, paradójicamente, es asumida como valor supremo de la modernidad; es decir, esta vertiginosidad mutante es simbolizada como evolución, desarrollo, progreso. Convirtiendo la experiencia de la suspensión en valor absoluto de la modernidad. Bueno pues, es precisamente esto lo que está en crisis.

La crisis de la transvalorización de la modernidad tiene variadas formas de síntomas; por cierto, un tipo de formas, son estas formas fundamentalistas religiosas-políticas. Sin embargo, también lo son, del otro lado, aparentemente opuesto, las formas de la decadencia liberal, de la democracia formal, de la institucionalidad del Estado-moderno. La crisis de las instituciones del Estado-nación y del orden mundial. Las organizaciones que asisten como garantes de los derechos humanos en el mudo manifiestan la crisis de la transvaloración cuando solo hacen declaraciones en defensa de los derechos; empero, lo hacen de una manera tan general, que su forma abstracta no es útil para exigir el cumplimiento específico en lugares concretos, donde se los vulnera. Por otra parte, cuando se aproximan a sanciones, que generalmente se debe a la imposición de alguna potencia, de la dominante, se exige cumplimiento  a unos estados y no a otros. Estas discriminaciones son pues los síntomas de la crisis institucional del orden mundial.

Se conocen las formas especulativas de la crisis del sistema-capitalista; cuando el modo de producción capitalista, las formaciones económico-sociales capitalistas, el sistema-mundo capitalista, se encuentran dominados y atravesados por el capitalismo financiero, este modo, estas formaciones, este sistema, han ingresado a su decadencia. Dejan de lado la inversión productiva, prefieren la inversión especulativa, las tasas de retorno cortas, sobre-ganancias, los monopolios, los precios de inflación, aunque todo esto no sea más que ficción y arrastre a las sociedades a su propia debacle. Esta crisis se encarna en los cuerpos despojados de las poblaciones y de los pueblos.

La crisis de la modernidad también es crisis de sus paradigmas. Las pretensiones universalistas están en crisis. Del otro lado, las especializaciones están en crisis; así también las disciplinas, las facultades. En conjunto, lo que se llama la academia, sobre todo esta ciencia positivista, racionalista y abstracta. Frente a la complejidad desbordante, que nunca han podido domesticar, disciplinar, controlar, a no ser, en el propio imaginario y apologética de sus ciencias y teorías, ha opuesto sus paradigmas homogéneos, racionalistas, algunos en versión causalista, otros en versión dialéctica, los mejores en versión estructuralista; sin embargo, a pesar de lograr interpretaciones de perfiles temáticos, ninguno podía comprender la dinámica de la complejidad, sinónimo de realidad.

Está en crisis la pax americana, por así decirlo, haciendo alusión al papel cumplido por Estados Unidos de Norte América en la primera y segunda guerras mundiales, sobre todo en la posguerra, en el orden mundial instituido, en los acuerdos internacionales, que rigen el mundo. Esta paz, entró casi inmediatamente en cuestión con la guerra de Corea; en la guerra del Vietnam ya estaba claro que la guerra continuaba en la filigrana de la paz. Ahora, después de la llamada guerra fría, que de fría tenía poco, cuando la híper-potencia militar-tecnológica-económica-comunicacional aparece como un monstruo solitario en un mundo, que si es atacado, no podría defenderse, cuando las guerras policiales, de contención, de control, de vigilancia, de sanciones, se aposenta densamente en el medio oriente, aunque no solo, queda más que claro que no se puede salir de las guerras en el contexto del sistema-mundo capitalista.

Es como si hubiéramos llegado a un borde o umbral, el límite del horizonte civilizatorio de la modernidad. En este umbral, los perfiles, las formas, las estructuras, las instituciones, los valores, de esta civilización, se deforman, se malean, se saturan o se suspenden, mostrando elocuentemente su inoperancia. Es un espectáculo bullicioso de la inutilidad de las formas, los contenidos y expresiones de la modernidad. No pueden dar cuenta ni de la humanidad ni de la vida.

La violencia del Estado Islámico, que es lo que más se ha estigmatizado y asombrado pavorosamente,  no es distinta, no tiene una procedencia distinta, a la violencia del orden mundial, a la violencia del imperio, a la violencia de los Estado-nación. No es distinta a la violencia de los llamados estados “democráticos”. Pueden diferenciarse en la intensidad de la virulencia singular; empero, en cuanto a la expansión y continuidad sistemática de la violencia, la violencia “occidental”, por así decirlo, la violencia del orden mundial, del imperio, de los Estado-nación, de las llamadas “democracias” institucionalizadas, esta violencia le lleva mucha ventaja a la otra violencia, mas bien, focalizada y singular.  El odio al cuerpo y a la vida es parte del nihilismo de la modernidad, modernidad que tiene su  sustrato matricial en la racionalización de las conductas establecidas por las religiones monoteístas.  Nihilismo moderno que tiene su comienzo precisamente en el nihilismo espiritual de estas religiones.

No hay entonces por qué sorprenderse de la emergencia de estos desbordantes eventos violentos y hasta sanguinarios. Se han incubado en las turbulencias del sistema-mundo capitalista, en los bricolajes del barroquismo de las modernidades heterogéneas.


[1] Texto: Estado Islámico: Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_Isl%C3%A1mico?oldid=82905672 Colaboradores: Kordas, Benjavalero, Taichi, Neutravo, BOT-Superzerocool, Oscar ., Banfield, Carrilano, Keat, Baiji, Davius, Leonardoleidi, Martínhache, Montgomery, LMLM, CommonsDelinker, Fixertool, Leandro.vazquez, Technopat, Irus, Marcelo, Jorjum, Furado, Pedro Felipe, Austral blizzard, Fanattiq, Rlinx, UA31, Shalbat, Holothurion, MarcoAurelio, Gonville, Juamax, Jkbw, Fobos92, FrescoBot, Aleuze, Exorsista, Fitoschido, Mr.Ajedrez, Foundling, Afrasiab, Ingegneriadell´elizia, Grillitus, El Ayudante, Uricm55, Greyshark09, Albertojuanse, Bespin, Drayy, Markan80, Totalcas, Jaluj, MetroBot, Óscar Becerril, Enciclopediaenlinea, Libertad 17, E4024, Deeyuso, EzequielZalgado, Rotlink, GrandeIsmael, Tuareg50, Zaryabak, Débora Cabral, Farmacopea, Danielsan90, LlegóelBigotee, MrCharro, Salvaeditor, Jarould, Ludoicus, Deisenbe, Daménie, Fernandez2302, Leopoldo Christie, AmunJazz, Strakhov, CFAllende, Fuda37, Karlosboss123, Loloko93, Edu ortega y Anónimos: 69. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre. http://es.wikipedia.org/wiki/Estado_Isl%C3%A1mico.

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Un comentario en “Acontecimiento Islam”

  1. Ciertamente es una muy buena y amplia descripción del mundo islámico y particularmente del fundamentalismo emergente en el llamado Estado Islámico.y de la violencia con la que se lo ha «estigmatizado», que aunque poco distinta a la que se vive y se ejerce en y desde Occidente «democrático y civilizado», «Sus acciones, incluso las más descomunales, (pretenden estar) justificadas por Ala, por la salvación de la humanidad, atrapada en las redes demoníacas del mercantilismo, de la prostitución, del abandono de las reglas y hábitos religiosos». Con todo, no dejan de ser criminales hacia la humanidad, siendo sus victimas las poblaciones más vulnerables a esa violencia instituida y justificada en dios. http://www.msn.com/es-xl/noticias/mundo/hablan-las-esclavas-sexuales-del-isis-nos-ol%C3%ADan-nos-violaban-nos-torturaban/ar-BBkF4XE

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