El eterno retorno del despojo capitalista

 

 

Despojamiento y desposesión capitalista

 

El modo de producción capitalista y el sistema mundo capitalista, que no son lo mismo, pues el primero corresponde al esquema metodológico de la interpretación de la valoración abstracta, y el segundo corresponde a la conformación compleja de la realidad efectiva social globalizada. Tienen como referencia el desenvolvimiento de la violencia de la desposesión y el despojamiento. El de la violencia de la conquista, la ocupación y la colonización, además de la expropiación, es decir, en palabras sencillas, del robo a gran escala.

 

Las distintas escuelas de la economía encubren este hecho, suponen una supuesta “ciencia”, que se ocupa del campo económico, de la producción, distribución y consumo. Respondiendo a una división del trabajo de los saberes, así como el capitalismo instala la división del trabajo y la concentración, además de la especialización. Presentan al capitalismo como si funcionara sólo en el campo económico y el campo económico fuese el único campo social, cuando, más bien, es uno de los campos del entramado del abigarrado campo social, en un entrelazamiento de campos, que hacen al espesor social, que padece y sostiene el desarrollo capitalista.

 

Domina una minoría del 1% de la población mundial, que corresponde la hiperburguesía  de la economía mundo, que controla el orden mundial de las dominaciones, que tiene el control monopólico de los mercados, de los medios de producción, de la ciencia y la tecnología, restringidas y circunscritas a ser instrumentos de la acumulación de capital. Esta hiperburguesía no ha perdido la costumbre del saqueo de los recursos naturales y de la apropiación de las empresas públicas, de la inmensa periferia del sistema mundo capitalista. Hoy pretende volver a hacerlo en distintos lugares y en diferentes regiones del mundo. Utiliza para el efecto tanto a gobiernos neopopulistas como a gobiernos neoliberales. Los gobiernos neopopulistas expanden intensivamente el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, presentándose como “progresistas”, incluso como nacionalistas, cuando más bien se diferencian grandemente de las versiones nacional populares de mediados del siglo XX. Versiones políticas que efectivamente nacionalizaron los recursos naturales y las empresas a manos de las trasnacionales. En la actualidad los neopopulismos entregan los recursos naturales y debilitan a las empresas públicas, mediante un manejo corrosivo de las instituciones y desplegando la corrupción galopante. Los neoliberales, de manera de descarnada y sin escrúpulos, entregan abiertamente los recursos naturales y las empresas públicas a la vorágine de las empresas trasnacionales, cada vez más compulsivas y arteras en las nuevas versiones del despojamiento y de la desposesión. Para tal efecto emplean a perfiles ultraconservadores, que se presentan como “defensores de la libertad” y a nombre de la libertad pretenden entregar su propio país a la vorágine de la hiperburguesía angurrienta.

 

Por ejemplo, en la Argentina, un presidente exacerbado e histriónico es el instrumento adecuado, en plena crisis múltiple del Estado nación, en el contexto de la crisis múltiple del sistema mundo capitalista y del orden mundial de las dominaciones, para efectuar el despojamiento y desposesión, entregar territorios, recursos naturales, riqueza marina y ecosistemas, para su explotación y destrucción, a empresas transnacionales. Para tal efecto media, en el conglomerado burgués, cómplice de la destrucción planetaria, la burguesía financiera, incluso en contra de la burguesía industrial.

 

En el manipulado juicio por YPF, en los tribunales de Estados Unidos de Norteamérica, el fondo buitre de la Burford pretende quedarse con el 51% de las acciones de la empresa pública de los hidrocarburos. El fondo buitre presentó un pedido ante la jueza Loreta Preska para quedarse con el 51 por ciento del paquete accionario, que tiene Argentina, desde que recuperó la empresa estatal en 2012. Seguramente el histriónico presidente va a llamar este acto “heroico”, así como llamó “héroes” a los empresarios que burlen al Estado y trasladen recursos financieros nacionales extraterritorializándolos.

 

Las sociedades y los pueblos padecen dramáticamente la crisis social y económica, causada por la crisis múltiple del sistema mundo capitalista y de la economía mundo. Los pueblos están a merced de dos versiones del despojamiento y de la desposesión capitalista. Por un lado, a merced de la versión demagógica neopopulista, y por otro lado, a merced de la versión descarnada del neoliberalismo sádico. Los pueblos sólo se tienen a sí mismos para defenderse frente a este nuevo ataque descomunal del eterno retorno de la acumulación de capital, originaria y ampliada, por despojamiento y desposesión, además de explotación sanguinaria.

 

Los medios de comunicación, al servicio de las distintas versiones políticas e ideológicas del conglomerado burgués, donde se encuentra la burguesía rentista, que corresponde al enriquecimiento neopopulista, y la burguesía financiera, en realidad buitre y pirata, dispuesta a sacrificar el cuerpo martirizado de los países de la periferia, de los bordes, incluso de los puentes de conexión (BRICS), del sistema uno capitalista. Los medios de comunicación han sustituido al despliegue ideológico de la propaganda política por el espectáculo mediático, la manipulación de la información, el despliegue de la desinformación y el montaje de noticias, que pretenden inventar una realidad, alterada por la delirante imaginación de presidentes cipayos y perfiles burgueses al estilo de bucaneros posmodernos.

 

En Bolivia, después de casi dos décadas de saqueo neopopulista, el “gobierno progresista” retornado pretende repetir la dramática historia de expoliación de los recursos naturales, los ciclos largos del saqueo, con el litio. Los anteriores ciclos, de la plata, del estaño y de los hidrocarburos, solo dejaron cementerios mineros y huecos de depredación. Ahora se busca entregar el Salar de Uyuni a la vorágine capitalista, a nombre de las “energías limpias”. Otra demagogia. Este ciclo del litio extraterrtorializará la riqueza y volverá a dejar más pobre al país, a la sociedad y al pueblo.

 

¿Cuándo los pueblos recuperarán su memoria de luchas y abrirán horizontes liberando la potencia social? Liberándose de sus reforzadas cadenas de dominación, acabando con sus verdugos, burguesías desalmadas y zátrapas políticos de todos los tonos.

 

 

 

 

 

 

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